Lo reconozco, no soy muy objetivo en este tema ya que el papel pintado es una debilidad que tengo, pero tratare de ser lo más justo posible con ambos materiales. Partamos de la base de que son completamente distintos. Ambos válidos para un mismo propósito, decorar nuestras paredes, pero con resultados muy diferentes.
¿Pinto o empapelo?
Vale, pero ¿cómo elegir entre uno u otro?. Todo va a depender de lo que busques en la decoración de tu hogar, negocio, etc. El papel pintado tiene una gran personalidad y gracias a su versatilidad ofrece una amplia oferta de diseños donde poder encontrar algo que realmente encaje con lo que necesitas, la pintura es una solución más rápida y sencilla, en la que priman el resto de detalles y ornamentos decorativos sobre la pintura.
Solución versátil.
El papel es ideal para darle personalidad a una habitación con un bonito estampado. La pintura es la solución perfecta si tus paredes no están perfectas o tienen alguna textura como el gotelé y no quieres meterte en líos de alisar las paredes. El papel ofrece no solo estampados, también sorprendentes texturas que darán una nueva dimensión a tus paramentos. La pintura es fácil de aplicar, tanto que hasta puede hacerlo uno mismo y obtener un resultado más o menos aparente. El papel, en muchos casos, va a requerir la mano de un profesional para su colocación. La pintura como material es más económica que el papel pintado.
Al final, como cualquier decisión, se trata de analizar cual es el objetivo que quieres conseguir y, dentro de las posibles soluciones, cual es tu mejor opción. Pero, ¡ojo! La pintura y el papel no son antagonistas de una película que se lleven a matar, en la gran mayoría de los casos son más bien la pareja de una romántica y la combinación de ambos dan resultados extraordinarios.
